(La Maciel baja las escaleras. En el último escalón la aguarda la Pety con patines. En una punta del escenario Edmundo baja lento una cadena que une al techo una roldanita de aljibe, y tiene un collar de cuero en la punta que se acerca al suelo. En la otra punta Gusmán toca en el piano las melodías más tristes jamás oidas. Y en el centro del escenario la aguardan con el marco Judith, la Rava y Perlita dejando el lugar vacío que ocupará la Maciel al terminar la escena)
Es cierto que yo, la Maciel
soy la que todos han visto
pero soy sobretodo
la que ustedes hayan imaginado.
Allí nada me falta,
sus ojos me han colmado
en esa imagen
Ésa es lo que soy
la de ustedes
la que seré por siempre.
No dejen de inaugurarme
en su recuerdo,
no dejen de versearme
porque sólo en su saliva
Seguiré siendo
hablada.
Yo no los traje al mundo,
pero si el mundo a mí los trajo
serán para siempre
hijos míos.
Aún muerta
viviré en ustedes
moldearé sus deseos
Visitaré sus sueños
sin que ustedes me oigan,
espiaré sus secretos
detrás de la cerradura
de sus ojos.
Si intentan ahogarme
en el mar del olvido
o quitarme del tronco
de la historia
como a una rama seca,
brotaré en ustedes con
la fuerza del abrojo
y la rosa mosqueta.
Hijos míos,
si soy el cuerpo del delito
donde el delito se hizo cuerpo
hagan de este sonajero
una estatua
que erecte mi presencia
ante los ojos
de los que aún
no han nacido.
Quien como yo
ha tocado ya con
pies y corazón
lo más hondo del infierno,
debe ajustar una soga al techo
para inventar el vacío
que sostenga el desplomarse
de la muerte
en el cuerpo.
Yo la Maciel
de todas la más cruel
voy a darme a la muerte
(Fin)