(Baja Gusmán, herido y con un megáfono en la mano)
Mis propios compañeros,
me traicionaron
mis propios compañeros.
Alguien nos vendió con la policía
Alguien que avise a la columna
del este que los están esperando.
¡Alguien nos vendió!
(vendan su pecho)
¡No se dan cuenta
que es sólo la solidaridad
entre los trabajadores
la que podrá romper
la cadena invisible
pero vencible
de un salario
que cansa pero no alcanza
y nos ata a la dependencia laboral!
(avanza hacia el frente enredàndose en las vendas,
cae arrodillado al piso)
Dejen que la muerte
se aloje en mi cuerpo.
No me priven de ella,
no deseo otra muerte
que ésta.
(Gusmán, cae al piso enredado por las largas vendas. Judith y la Rava se acercan a asistirlo.)
(Apagón)